Ensayo: Como una chica

David Lucas Tudela, Universidad de Murcia

¿Por qué la coletilla “como una chica” puede llegar a ser un insulto?

La Educación física no solo se centra en la actividad física, sino en todos los valores que se transmiten a partir de esta. Por ello, aquí os dejo un ensayo realizado tras el visionado del vídeo “Como una chica”. Podemos darnos cuenta de cómo la palabra influye en nuestra vida, como nos condiciona y como nos dirige sin siquiera percibirlo. Por ello debemos mostrar estas diferencias existentes en nuestro día a día y educar sobre ello.

Es indignante ver como en pleno siglo XXl los estereotipos sean capaces de crear una socialización diferenciada respecto al sexo masculino y femenino. Como si el sexo femenino fuera inferior o tuviera menos capacidad en todos los sentidos. Esto conviene al estado, a la industria, a la economía, etc. que estemos estereotipados. Siendo víctimas de nuestra sociedad en todos los aspectos. No hace falta ir muy lejos para darnos cuenta de esta situación. Simplemente sentándonos a ver la televisión podemos comprobar cómo la publicidad, nos muestra la realidad parcializada haciéndonos ver solo lo que ellos quieren, ya que lo que no se ve “no existe”. Las niñas tienen que comprar princesas y los niños superhéroes, ¿Por qué? Como dice Riley, una niña de 5 años en Enfoque de Igualdad (2013): “A los niños les gustan las cosas rosas, y a las niñas los superhéroes”. Ellos son libres para jugar con lo que quieran, sin embargo, ahí está la patética sociedad una vez más, para condicionarnos y dirigirnos como ovejas hacia una realidad cada vez más degradante.

Así pues, debemos recapacitar sobre los aspectos condicionantes de nuestra vida y no permitir que nos limiten a la hora de elegir libremente o ser conducidos hacia comportamientos discriminatorios. Un ejemplo de esto último se puede reconocer perfectamente en la película Girl, Interrupted, Mangold (1999): “¿Con cuántas se tiene que acostar un tío para ser un promiscuo? ¿Diez? ¿Quince? ¿Veinte? ¿Ciento veinte? ¿Y con cuántos se tiene que acostar una tía? ¿Cinco? ¿Cuatro? ¿Dos?” aunque no nos demos cuenta muchas veces somos nosotros los trasmisores de estos estereotipos e ideas erróneas que afectan a todos los ámbitos de nuestra vida favoreciendo al hombre en contraposición de la mujer y sin embargo, nuestro punto de vista respecto a este tema ha cambiado muy poco a lo largo de la historia, recordando lo que dijo Marx (1989): “El progreso social puede ser medido por la posición social del sexo femenino” (p. 43) podemos observar que por mucho que avance nuestra sociedad, siempre va a estar anclada.

Por lo tanto, tenemos que lograr una coeducación para evitar frases que degraden a la mujer. Pero no solo eso, sino cambiar nuestra mentalidad, porque pegar como una niña, correr como una niña, etc. no tiene porque ser algo negativo. Al contrario, es algo digno de admirar, ellas no son ni más débiles, ni más tontas, ni menos que los hombres. Debemos reelaborar nuestros valores y dirigirlos hacia una sociedad en la que haya igualdad de oportunidades, de trato y de condiciones

Como dijo Saint-Exupéry (1977): “Las personas mayores nunca comprenden nada por sí solas y es cansador para los niños tener que darles siempre y siempre explicaciones” (p.12). En verdad, no nos vendría nada mal volver a ser pequeños aunque sea por un día, observar lo esencial en la vida,  ignorantes a todas las etiquetas sociales, y comprender lo que realmente importa.

Referencias

Columbia Pictures. (Productora) Y Mangold, J. (director). (1999). Girl, Interrupted. [Película]. Estados Unidos: Columbia Pictures.

Enfoque DE IGUALDAD A.C. (2013, 29 de julio). Clases de estereotipos de género, por niña de 5 años Belelú. [Archivo de vídeo]. En https://goo.gl/E2bAFR

Marx, K., & Engels, F. (1989). Manifiesto comunista. E-FOCUS.

Saint-Exupéry, A. (1977). El Principito. Madrid: Alianza Editorial, S.A.